Mi llegada (Libre)

*Un carruaje se paró en la tétrica ciudad. El cochero indicó a la ocupante del coche que habían llegado a su destino. La puerta del vehículo se abrió, y de el bajó una chica jóven, que aun no había cumplido los 20. Ella sosteniendo sus maletas frunció el ceño molesta cuando vio al lacayo largarse de allí con viento fresco.
La chica cogió sus maletas y se echó a andar. Había algo oscuro en ella, quizás acentuado por sus mechones de pelo rubio pintados de color negro.*

-Bien, aqui estamos... ¿William donde te habrás metido?

*Desde el castillo Vlad habia notado una presencia oscura pero mortal y devil, ese macabro sentimiento le hizo sonreir, dejo el libro y se trasformo en murcielago, volo asta donde vio aquella joven de cabellos rubios y se coloco en una ventana boca abajo, observandola, una niebla espesa comenzo a aparecer, aquella mujer habia venido aqui, y no por casualidad, lo presentia... la deberia guiar a Maria y que esta le ayudara a seguir la senda, el maestro Vlad siguio obserbandola.

*La chica prosiguió su camino, ignorando los recuerdos de las advertencias de su familia y amigos. A causa de la novela de Bram Stoker pensaban que la benjamina de la familia Pratt iba de cabeza al infierno. Pero esto a ella no le daba miedo... es más, le gustaba el aire tétrico de la ciudad.
Un hombre quiso atracar a la mujer, esta con una soberana patada y un preciso manejo de una de las dagas de la familia Pratt, se deshizo de él.*
-Nadie va a pararme.
*Dijo con una voz algo fría mientras proseguía su camino.*

*unos pasos se escucharon tras la joven, antes de que esa mujer pudiera jirarse el cuerpo ya habia sido secado de sangre y los labios de aquel hermoso hombre limpiados, la voz de acento transilvano sono suave tras la joven

-no no no... apruevo que os desagais de los guardias de hierro... malditos alemanes... pero no apruevo para nada que lo agais aqui, cada vez bienen mas y por culpa de el señor Stoker, algunas jovencitas piensan que soy el principe de una ciudad vampirica o como se llamen a esas criaturas... ¿acaso parezco yo un ser sobrenatural?

*dijo esperando que aquella mujer se girara, no con la esperanza, sino certeza, pues su boz era imposoble de no escuchar

-Si creyese en dios señor, diría que pareceís un ángel. Pero hace mucho tiempo que dejé de creer.
*Dije girándome para encarar a aquel hombre misterioso cara a cara. Me sorprendieron sus ojos, tenían algo que... no sé, pero era como si ese algo me llamase, como si despertase una parte de mi que estuviera largo tiempo dormida.*
-Siento si le incomodé con mi rudeza, pero no iba a permitir que nadie me pusiese la mano encima, sin embarlo le pido disculpas si le incomodé.

*Vlad sonrio y se acerco a ella mirandola con autosuficiencia, sus ojos de un color apagado la observaban, sus brazos se cruzaron sobre su pecho y dijo con calma

-no me importunais, solo que no me gusta que esta escoria sea visible, pero ya lo recogeran

*dijo aquel hombre mirandola en riguroso silencio, sin decir nada, y sonrio suavemente. percibiendo sus pensamientos.